Los tiempos cambian. Y con él, los hábitos de la gente y de las familias. Hace décadas había espacios en la casa que se usaban para realizar actividades específicas. Incluso, había zonas importantes que no se habitaban excepto para encuentros importantes como por ejemplo los salones. Sin embargo, ahora todos los espacios interactúan. Conforman un todo. Las cocinas polivalentes están diseñándose en los últimos tiempos para servir a estos cometidos. Una zona que continúa manteniendo sus objetivos de siempre, pero en la que se realizan muchas más tareas.
En las tendencias de interiorismo con las que esta década ha comenzado, puede verse bien a las claras como la intención con respecto al mobiliario y a los accesorios es la movilidad y adaptabilidad. ¿Continuará la cocina siendo el espacio en el que preparamos los alimentos y nos reunimos a veces para comer? Sí. Eso no va a cambiar. Sin embargo, esto no quiere decir que una cocina deba ser independiente al resto del hogar. Por ello, vemos como cada vez más se extiende la corriente de flexibilizar los elementos. Mesas, estanterías, encimeras y demás objetos se prestan cada vez más a ser diseñados de manera retráctil, móvil o de formas que no supongan problemas para realizar cambios a corto y medio plazo en el mismo espacio en el que se configuran.
Espacio libre
Debido a lo mencionado anteriormente, el espacio se convierte en algo cambiante. Las necesidades, gustos y preferencias varían con el paso del tiempo. Por ello, los elementos que se utilizan para componer estas cocinas polivalentes disponen de propiedades para facilitar los cambios de diseño o disposición que en ellas se introduzcan.
Son tiempos de cambio. De disponer de puntos de vista antagónicos en un breve periodo de tiempo. Y esto también se traduce en el interiorismo. Por ello, las cocinas polivalentes plantean una solución perfecta. Evolucionan sus prestaciones y se adaptan al pensamiento actual. Como los hogares en su totalidad.