Se ha hablado mucho últimamente de las vitrinas de cocina. Se trata de un elemento muy en boga durante los últimos tiempos. Diseñadores e interioristas van aportando sus planteamientos incluyendo este tipo de mobiliario como solución auxiliar de almacenaje y también como pieza decorativa que aporta un gran aspecto a la estancia. Se trata de uno de esos módulos con los que contar para aportar un aire distinto al resto del diseño y que, además, tiene sus ventajas a nivel organizativo. De hecho, voy vamos a señalar algunas de esas ventajas. ¿Comenzamos?

Ventajas de instalar vitrinas de cocina

Una solución elegante y práctica: La frase lo dice todo. ¿Es una solución? Evidentemente sí. Pero no es cualquier solución de almacenaje. Se trata de un accesorio mucho más decorativo y sofisticado que un cajón. Con la posibilidad de revestirlo de un cristal determinado u otros materiales opacos. Y por supuesto, siempre servirá para guardar cualquier cosa.

Ayudan a abrir espacios: Al tratarse de elementos que rompen visualmente debido a los materiales con los que se conforman y las formas que tienen (en la mayoría de los casos son verticales), pueden crear la sensación de abrir o relacionarse con otros espacios.

Elemento de almacenaje de cosas secundarias o bonitas: En nuestras cocinas siempre hay cosas que guardar. Sin embargo, hay clases. Hay cosas que usamos todos los días, otros elementos que utilizamos en ocasiones puntuales o celebraciones y materiales simplemente secundarios que tenemos que almacenar en algún lugar para no estorbar en los puntos de organización principales. Por ello, las vitrinas de cocina pueden albergar una preciosa vajilla que además adorne toda la estancia.

Independientemente de todas estas ventajas, hay que sumar su adaptabilidad. Una vitrina de cocina puede establecerse en paredes como en rincones. Embelleciendo así cualquier punto de la estancia al mismo tiempo que aporta funcionalidad.